miércoles, 14 de enero de 2015

Paseo

Bello ojazo azulado y cristalino, enorme como un cuerpo grande, de mirada limpia e incendio que me mira iluminando mi rostro de terciopelo y azafrán.
Después de una siesta tranquila te observo, luces cuatro patas, me silvas para que suba a tu lomo registrando antes mi mente, vacía de tu silencio, de tu agradable suavidad como plumas de colores, absorbidas por el espacio, tenues, que adornan mi espíritu, tu honradez.
Ojazo verdoso confundido entre el azulado anterior,en tu inquietud viva me confundo y por un instante dejo de ser quien soy, para ser una mudez absoluta, mi garganta ya no vocaliza,me mudo con tu enorme azul y verde, escapo hacia tu mirar, tu pupila incendiada no me quema porque cuando soplo se descubre de hielo, subo a tus espaldas de ojazo con lomo, me llevas, tirito de frío, me das luz y calor. Todo es mas grande allá arriba, en donde vuelan las aves, el camino abajo se descubre basto, indigno, pero yo quiero vivir esa indignidad, esa dureza. Adivinas mis pensamientos y me dejas allí, cerca de un pequeño lago, continuas observándome, esta vez resignado.
Yo permito que me observes y me lavo la cara en esa agua dulce, el sol comienza a salir e ilumina una de mis mejillas.
El verde azulado de tu ojazo se transparenta en el resurgir de una luz de mediodía
potente.
......
El camino es solo mío, como ya os dije al principio, de terciopelo y azafrán.


martes, 6 de enero de 2015

Poemas del amor y de la muerte 6

Amor, claros de sol rojizos
a un cielo azul y despejado,
exquisitos aromas,
tiernos ,amargos y dulces
a vainilla y café
en la hierba verde y recién mojada,
el mar salado y la espuma de sus olas
ondulantes y blancas,
que se precipitan a la orilla de una playa
íntima, solitaria,
sus grandiosas rocas, su musgo verde.
La fresca agua de un río
que acaricia mis manos y mis pies,
la flor salvaje y amorosamente bella.
Os siento en el respetuoso árbol,
trenzado en la tierra rojiza
que ayer ande.
La blanca nieve,
el cielo entre un verdoso y azul,
la lluvia, el barro
en donde se hunden mis pies,
las majestuosas montañas
que se me aparecen humanas,
y ese animal que hiere y que mata
para poder subsistir.
La muerte y la vida, la misma contradicción,
el cielo y el infierno,las dos fuentes
en las que vivimos inmersos,
el amor y el desamor, el desafío,
la guerra y la paz en el mundo,
la riqueza y la pobreza de los seres humanos.
Y ese camino que yo tracé
que huele a canela en rama,
a hierbabuena y a jazmín,
a espíritus sagrados y a la nada,
esos tiempos que se me escaparon
y no viví.
Huelo la esencia de lo que soy
y de lo que seré mañana.
Todo huele a limpio y fresco,
a fuego, cenizas,
todo sabe a dulce y a sal.
Las blancas luces de ese trayecto
que me han llevado hasta aquí
entre rojizos serpenteando
verdes y azules,color teja,plata.
Y de aquella niña que fui.
y que hoy vive en mí.
Sus luces, sombras y aromas
me la devuelven
con esa tierna y dulce tez blanca,
con sus bellos e inocentes rizos dorados.
Esa niña de ayer
vive hoy en mis sentidos,
en mis palabras, en mis actos,
en mi dicha y en mi voz,
en mi tristeza y desaliento.
Luces armoniosas
de un cielo rojizo y despejado,
aromas de caña de azúcar,
vainilla, té y café,
todo se me hace presente
con la dicha de esas luces serpenteantes,
con ese inmenso amor que siento
y que siempre a vivido muy dentro de mi.




jueves, 1 de enero de 2015

Te deseo ( Victor Hugo)

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado,
y que de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.
Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya uno que por lo menos sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.
Igualmente te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente
y que haciendo buen uso de esa tolerancia
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no
madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan ante nosotros.
Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa, y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean seres oprimidos
tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.
Te deseo además que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío"
Solo para que quede claro
quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno
de tus afectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que siendo hombre,
tengas una buena mujer y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.