martes, 21 de abril de 2015

Desabrigo

Anciana complaciente
descalza y pálida
entre brillos apagados,
amarillos de hojas otoñales
como un sueño
de espejos rotos
y una canción triste
de cielos grises y espesos.
...
Y ese viejo colchón
que te acompaña siempre,
que como un regalo recibiste
entre los contenedores
de un barrio marginal.
...
Gatos callejeros te acompañan
por todo el arrabal
rondando tus migajas de sardinas
y una ilusión de yogures caducados
entre comida de las basuras.
...
Tu mirada es opaca, abrupta,
silenciada y amarga,
pero adivino
en tus numerosas arrugas
el fruto de la sabiduría
que ya nadie quiere escuchar,
son caminos anchos
bañados en vino tinto,
vida que recorriste
y hoy es espesa y dulce
como la miel
y el perfume de tu experiencia
como esencia fresca
a lilas y albores.
...
Vives el presente
olvidada de dios
obligada por este mundo
que te abandonó a tu suerte.
El pasado ya casi lo olvidaste
y tu futuro se pierde
bajo la tierra húmeda y fértil,
entre las yemas sinsabores
de tus lánguidos dedos.
...
En tus bellos ojos verdes adivino
escondida entre visillos grises
de humo y dolientes
la nostalgia y la ternura
de una mujer que fue hermosa

como los niños que hilvanan dulcemente
su futuro eterno
y aun conservan su hilo musical.
...
Bella anciana complaciente,
solo yo te veo
entre esa esquina y un cielo
que amargamente llora sangre:
tu abandono,
tus cabellos oscuros despeinados,
tu apagón de luz,
salpicaduras a torrentes
de nieblas espesas,
tu silencio de escarcha
de un mundo que sordo y ciego
te dejó atrás
en el fantasma de los olvidos
mas olvidados,
entre las frías calles
de ese invierno frío
que hoy te acoge,
sin el aliento humano,
ni la calidez de una manta
...
Coronada de silencios enmudecidos
entre un viejo colchón duermes
arrullada bajo las inclemencias
de la tierra y el cielo,
al abrigo de todo un pueblo
de gatos callejeros
que se escurren
entre tu cuerpo y tus muslos
y no se despistan nunca
porque saben
que tú les das de comer.




sábado, 4 de abril de 2015

Destellos

Cuando la luz se despliega
y veo tu contorno atractivo,
violáceo, pulcro y relente
envuelto en cirios que me sonríen
y se despliegan como cortinas
que sueñan en blanco y negro
mi silueta de soledad opaca.
...
Tus labios de almendra
susurran a mis delicados oídos
en papel de celofán
cerezas en almíbar.
...
Bajo un silencio tierno
que solo yo escucho
entre campanas subrayando
lisuras templadas
como el discurrir de un agua tibia
por las cuencas de mis manos,
jugueteando con ellas,
humedeciendo toda su textura
suave y porosa.
...
Templos abiertos a mi corazón
embriagada de tu magia de lápices
que dibujan nuestros sueños.
Luz blanca, profunda y perfumada
que nos descubre enlazados
ensortijados en un único beso
que acalla las mañanas
alumbrando alas de limonada
que laten en una única fuerza.
...
El cielo llueve sabia mojada,
los bosques son abruptos y rítmicos,
el sol de nidos plateados,
tu cuerpo se extiende
bañado en ríos de luz y erguido,
yo, entre lazos de nubes claras
que tiemblan destellos
en hilos tenues y musicales
musito silencios de madrugada.